lunes, 6 de octubre de 2014

LOS MOSQUITOS DE LA BUROCRACIA



El hombre, (que también puede ser una mujer) llegó al establecimiento (que igual puede ser cualquier unidad de servicios a la población) y ¡sorpresas!:
Un cartel informativo anunciaba: horario de atención de 8 am a 5 pm: Eran las 8 y 5 minutos y ¡ya estaban abiertos, listos para atender, todos en sus puestos de labor, sonrientes, amables, serviciales…!
No.
Algo andaba mal, algo malo tendría que ocurrir, se dijo el hombre (o la mujer), pero, misteriosamente, todo anduvo bien y nada malo sucedió hasta que…
Una voz impetuosa y no menos sonriente, amable y servicial vino desde lejos, desde el fondo, desde el lado de allá del cartelito que dice: no pase si no es empleado, diciendo:
___ Arriba que van a fumigar.
Entonces el hombre, (o la mujer) tuvieron la certeza de que nunca, jamás, morirían por culpa de aquellos mosquitos inoculadores de daños porque, sencillamente, como diría mi abuelito, ya el daño estaba hecho.