No ha muerto Pascual.
No sabía yo que pudieran existir maneras de alegrarse por
haberse equivocado.
Fui, junto a otros amigos, blanco de ese tremendísimo flagelo
nombrado “bola”, aunque sigo pensando que quien trajo hasta nosotros la falsa
noticia no lo hizo con malas intenciones ni mucho menos.
El error estuvo en no confirmar oficialmente.
Ofrezco disculpas con toda la alegría del mundo.
No ha muerto Pascual y habrá que ir a decirle cuánta gente
linda lo quiere y respeta, cuántos lo recuerdan con verdadero cariño.
Algo más:
Al negro Acea, un percusionista del tamaño del buen amigo
que es, (¡y mira que es buen amigo!), solía yo decirle de vez en vez: “Acea, anoche
soñé que te habías muerto”, y rápidamente él, con una sonrisa
estruendosamente blanca, me ripostaba:
“¡Ah, eso es más vida pa’ mí!”.
Sea pues, este desliz, augurio de más vida para el gran loco
bueno cienfueguero.
Roberto Novo
Miércoles 28 de agosto de 2013
1,15 pm.