Se le desaparecen a uno las palabras.
No es que no fuera tan mortal como
cualquiera, es que quería y lo queríamos como a pocos.
Y se entristece uno más cuando piensa, en
esta hora, en Vicente, en Aurora, en Silvio que fue tu otro hermano mayor, y en
todos los trovadores que, sin remedio, hoy están tristes.
Nos gustaba hablar de ti, sabiéndote cerca,
porque eras como el Sindo Garay de nuestros años: un trovador de pies a cabeza,
el más loco hermoso de todos.
Ahora seguiremos diciéndole a la vida que una
vez, no hace mucho, conocimos a un tipo chévere, a un músico/guitarrista
asombroso, a un poeta temible, a un hermano de siempre, que se llama, sencillo
y feliz, Santy.
Tus hermanos Novo.