Para mí la tercera
de las muchachas sentadas, la boquiabiertalegre chiquilla que es casi el centro
de la imagen, (y que no dudo haya sido ese día, en Santo Domingo, el centro del
grupo), para mí, repito, esa no es la Teresita Novo Serra de hace años. Para
mí, y para mis otros dos hermanos, es sencilla e inobjetablemente Tata, aun
cuando andamos todos ya tan lejos de tiempos infantiles como para sumar entre
los 4 la respetable y muy adulta cifra de 227 años.
Yo, como soy el
benjamín, puedo decir que nací en 1962 y por ese tiempo de la foto, no pasaría
de los 2 o 3 años, por lo que no recuerdo absolutamente nada de aquellos días. Es
que cada vez más se le alejan a la memoria los sucesos y la más antigua
evocación va cediendo espacio a una de más acá.
No voy a decir
cuántos años cumple Tata este 29 de octubre de 2014 porque “delataría” a los
que la acompañan en esa foto, y algunos, o más bien algunas, no me lo
perdonarían. No voy a andar contando mucho si desde su status Madre me regaló 4
queridísimos sobrinos o si por artes de abuela pienso siempre en Diego, Sofía y
Davisín. No hay que ir por ahí diciendo que no hablamos por teléfono cada día,
pero cuando lo hacemos nos resulta tan natural como la continuación de
cualquier conversación de antes de ayer.
La nombraron Teresa
por la abuela que nunca conocimos y que nos cuentan era hermosa y feliz.
A muchos he oído
llamarla Tere.
Para mí, y para mis
otros dos hermanos, la tercera de las muchachas sentadas, la boquiabiertalegre
chiquilla que es casi el centro de la imagen sigue siendo, sencilla e
inobjetablemente, Tata.