Ahora
no tiene gracia.
Ahora
cualquiera se hace el guapo, y el loco, y el “qué se yo”.
Pero
por allá por los 80 todo trovador joven quería montarse en un avión y visitar un
pedazo de tierra más allá de esta de levantarse, bostezar y auto amplificar con
toda confianza y cariño el primer y más glorioso pedo mañanero, inmersos de fe
y de confianza en un futuro mejor y en el hombre nuevo… (El último “Activo-Festival” de la Nueva Trova, que se celebró en la Isla
de la Juventud, muchísimos trovadores lo anotaron en su trova-bitácora como un
“viaje al exterior”)…bueno, no culpo a esos trovadores, porque cuando aquello,
de verdad, había que ser “muy trovador” para agarrar un viaje, mucho más si
usted era un trovador que vivía fuera de los límites territoriales de la Ciudad
de la Habana.