Así de “grandes” fueron una vez, hace ya veinte años. Eran
los niños más felices del mundo, lo aseguran sus padres, que eran los padres
más dichosos de ese mismo mundo. Lo dicen a gritos sus sonrisas.
Gastín y Paolo son primos. Nacieron en La Habana con escasos
meses de diferencia. Jugaron y corrieron, sonrisa a mano siempre, todo cuanto
les permitió la imaginación y el tiempo…
…y a la vuelta de ese mismo tiempo estudiaron y se hicieron
profesionales. Son hoy dos excelentes profesionales. Uno es músico y el otro
diseñador.
Y siguen siendo nuestros “grandes chamacos” felices. Lo
siguen diciendo a gritos sus sonrisas.
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