viernes, 2 de agosto de 2013

Trova con flauta



Debe haber sido por Leo, aquel tremendo músico espirituano que ahora mismo no sé bien por donde andará, pero que en los ya casi remotos y buenos  tiempos de la Casa de la Trova de Cienfuegos era el flautista del grupo Septiembre 5, y tocaba tan bien que estoy casi seguro nos contagió el gusto.
Porque después de tener por algunos años varios pequeños grupos acompañantes, un buen día “racionalizamos” plazas (creo fuimos pioneros en esas lides de racionalizar) y creamos un mínimo formato: Guitarra, guitarra tres y flauta.
Nuestro primer flautista fue Sergio, todo un personaje que llegó desde la tierra de Benny Moré; Lajas. Todavía me pregunto cómo se las arreglaba Sergio para tocar flauta y en los sones y guarachas pasarse al bongó. Y no es que lo hiciera a la vez en un alarde cirquero ni mucho menos. Es que los dedos se afectan al repicar el cuero y luego, al posarse sobre las sensibles llaves de la flauta…
Sergio


Sergio es una de las personas más simpáticas que he conocido en toda mi vida. El alcohol era su enemigo número uno, y hasta relatando las muy dramáticas historias de cuánto le sucedió por culpa del alcohol tenía uno que reírse al escuchar. Hace un tiempo se reunió con su familia en Estados Unidos y alguien me dijo que por allá falleció. Ojalá sea otra de sus bromas…

Luego tuvimos un flautista que era todo lo contrario a Sergio. Un hombre mucho mayor que mi hermano y yo: Julio. Creo que además de flautista era ingeniero o especialista en algo relacionado con productos lácteos. Julio era la disciplina en persona. Rayaba en lo militar. Una persona extremadamente decente, organizada y conversadora. Con él podía hablarse de cualquier tema. Siempre sabía.
de izq. a der. Julio, Roberto, Chuchi Saura, Pedro y Raúl Larrauri

Después de Julio, y viendo que cada día (mi hermano y yo), éramos menos “bonitos”, buscamos una flautista. 

Entonces llegó Daymyt, a quien vimos nacer y crecer entre grupos artísticos infantiles y juveniles y un buen día, casi niña aún, se nos unió. Daymyt estuvo muchísimos años a nuestro lado. Vicente Feliú la bautizó como La Nova.
Daymyt

"La Nova", según Vicente

Con ella no solo trabajamos por toda Cuba, también nos acompañó a varios países y jamás significó una limitación o freno su condición femenina y joven, amén de que la cuidáramos y consintiésemos. Era, es aún, una mujer hermosa y buena. La queremos como algo muy nuestro…

Tras Daymyt llegó Annalie: otra bella y talentosa joven que impresionaba por la rapidez para consumar los montajes. Tenía, tiene, una “primera vista” maravillosa y capta en un segundo el ángel del tema que se esté trabajando. Nos hubiera gustado tenerla un poco más…
Annalie

En el estudio de grabaciones

Y por último Diana, con quien trabajamos en la actualidad y no por ello limitaré elogios. Al contrario, creo que tenemos la gran suerte de contar con una flautista muy capaz y talentosa, que, por si fuera poco, canta con una voz mulata de oro y no hay instrumento de percusión cubana que se le resista.

Diana

Antes de la actuación...

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