martes, 11 de febrero de 2014

Sobre el CCC del Dr. Alfredo Espinosa



El Club Cubanos de Cienfuegos es una iniciativa de los hermanos Pedro y Roberto Novo Serra, exitosos trovadores y compositores de la localidad. Ellos han promovido encuentros periódicos entre un grupo de sus amigos, que saben son cienfuegueros “rellollos”, de esos que “no han omitido nunca sus esfuerzos en el empeño del adelanto común de la ciudad y sus habitantes”.
Como característica particular, en esta convocatoria se han incluido tanto a los nacidos aquí, como a personas que “de otros lugares vinieron a convivir con los hijos de esta Perla del Sur y han hecho suyos los nobles empeños del mejoramiento cultural y social de Cienfuegos”. Por lo que, a estos efectos, el calificativo de “rellollo” cobra dimensiones más amplias, que se basan en “la laboriosidad, el altruismo” y el amor a la ciudad.

Francisco González Navarro, pocos días después del primer encuentro, escribía: “el Club Cubanos de Cienfuegos nació el viernes 27 de diciembre de 2013, más sencillo que una palma en medio de la sabana. Sin oropeles ni alfombras rojas. De haber un tapiz, debía tener ese color indescifrable del mar crepuscular de Jagua. Vino al mundo con canciones, besos y apretones de mano. Sin acta fundacional ni consigna coyuntural, o sí, con el lema que dibujó Don Agustín de Santa Cruz y Castilla allá por 1831, cuando su pasión por la heráldica empuñó el pincel y junto a los cuarteles y los laureles del escudo local, escribió en latín las piezas morales que traducidas conjugan el alma cienfueguera: Fe, Trabajo y Unión”.
Entre las principales intenciones, en esta etapa inicial, está la realización de, al menos, un encuentro mensual en diferentes instituciones y escenarios de la ciudad, para conmemorar personas, acontecimientos y fechas relevantes para Cienfuegos y para Cuba.
Si bien asistir a las actividades que se celebran, ya es un oasis espiritual en una época tan compleja como la actual, el hecho mismo de compartir con buenos amigos, conocer sus sueños y lo que hacen, también favorece que se establezcan o se fortalezcan lazos de amistad entre los que Martí calificó como “los que aman y fundan” y que puedan fructificar viejos y nuevos proyectos en beneficio de todos.
“El himno a Cienfuegos en tiempo de trova y Luna cienfueguera en tiempo de himno”, incorporados en estas celebraciones, tal parece que vienen como anillo al dedo, no como símbolos de nostalgias y añoranzas de un tiempo pasado, sino como signos que identifican las raíces de nuestra rica tradición, en una dimensión actual, tan necesaria no solo ya para el presente sino, sobre todo, para el futuro. Precisamente, la urgente necesidad de transmitir a las nuevas generaciones de cienfuegueros esas cualidades por las que hemos sido bien conocidos en todo el país, por el orgullo especial que sentimos por la ciudad y su progreso -entre brisas y olas-, y por la existencia de excelentes relaciones de cooperación  y solidaridad entre nuestros conciudadanos.
¡Ánimo gente mía, que a la noche más negra le amanece el día!
Dr. Alfredo Espinosa

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