miércoles, 7 de agosto de 2013

¡AY, LOS CARNAVALES!



Hoy recibimos un brevísimo correo de la amiga Tamarindo:
“Lindos carnavales..... jajaja, ya sé que no les gusta, pero al menos para socializar…”
Se equivoca mi querida Tamarindo: Sí nos gustan los carnavales, y nos gustan mucho. Si pudiéramos pasábamos el año de carnaval en carnaval.
Saldríamos casi al final de la tarde y en el primer quiosco, el de Prado y Santa Cruz, llenaríamos un par de vasos-perga con cinco cervezas de botella, frías y tan sabrosas como cualquier Cristal contemporánea. Ahí desembolsaríamos aproximadamente $ 3.50 MN.
Entonces recorreríamos la trocha del carnaval a todo lo largo, olfateando  los cien colores de la recién pintura, encontrándonos con mil amigos y enterándonos que en la primera tarima actuará La Aragón y luego La Monumental, en la otra Los Latinos, en aquella de más allá El Órgano Oriental y en las puertas del malecón Adalberto Álvarez y su Son 14.
Un bocadito de pan con lechón nos tentaría el apetito, aunque…, no, en la siguiente cuadra los hacen mejores, y cuestan igual: 65 centavos MN.
Nos iríamos hasta La Patana, donde “Los Modis” tienen su descarga y, ¡qué raro!, en el camino nadie nos vendió flores de cristal ni pitos de cartón ni peluches… (No sé qué relación pueda tener un peluche con un carnaval), ni vimos montañas de rositas de maíz o aletargados bistec de… ¿de qué parte de qué animal habrán salido esos bistec?
Tampoco vimos a alguien, no menos entumecido que el bistec, orinando en el mismo centro de la ciudad.
¿Qué pensará la ciudad de los carnavales de hoy?
Hace más de una semana vengo escuchando y recopilando frases casi célebres. Advierto que algunas son bastante fuertes.
·     Estos carnavales son como aquella novela: Vale todo…
·     Las carrozas parecen cajones de bacalao…
·     Esta es la fiesta suprema del Reguetón y la bulla…
·     Lo mejor que tienen es que con ellos se limpia un poco la ciudad; porque por lo menos 60 o 70 malandrines caen presos, si no se matan antes…
Tamarindo, me gustan mucho los carnavales, los de verdad, (no los de Rio ni los de Málaga), los nuestros, los que nos merecemos todos, los que todos podemos ser capaces de hacer.
Ah, en esos también se socializa. Y mucho.

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