El
pasado domingo tuvimos la suerte, una vez más, de cantar a la par de ese gran
maestro de la segunda voz conocido por Villa.
Voy a
atreverme a asegurar que Villa no realizó estudios musicales ni mucho menos.
Villa canta porque cantar es parte de su respiración cotidiana. Villa canta
esas exquisitas segundas voces porque el corazón le va dictando las notas.
Villa canta porque es un trovador que ha llegado a su tercera juventud
enamorado de las canciones de Matamoros, de Sindo, de Corona y de Delfín.
Alguien,
ese mismo pasado domingo, nos preguntaba: bueno, ¿y ustedes de que trova son,
de la vieja, la nueva, la novísima o de cuál?
No es
menos cierto que echamos a andar con aquel fabuloso Movimiento de la Nueva
Trova. Pero igual no es mentira que ya hace un buen rato descubrimos algo: la
trova no es ni vieja ni nueva, y mucho menos novísima. La trova es buena o
mala; la trova es verdad o mentira, y punto.
“Perla
Marina”, de Sindo Garay, nunca dejará de ser una gran canción.
A
“Labios en cruz”, de Nelson Valdés, le pasa lo mismo.
Y a
propósito, hoy 21 de septiembre Nelsito cumple años.
Por
eso, y porque él también canta porque cantar es parte de su respiración
cotidiana y porque está llegando casi al final de su primera juventud enamorado
de las canciones de Matamoros, Sindo, Corona y Delfín, lo hemos traído hoy a la
Trova de Guardia, como para responder a aquel que nos preguntó, con solo 5
palabras:
La
trova es una sola.
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