miércoles, 31 de julio de 2013

EL ESTUDIO DE GRABACIONES “EUSEBIO DELFIN”



No voy a hacer la historia de este Estudio ni mucho menos. 
Roberto Novo
Pedro Novo


Casi todo el mundo debe saber qué es un estudio de grabaciones y muchos músicos y artistas cubanos pueden dar fe del “Delfín” de Cienfuegos, pues desde su fundación, por allá por 1997, miles de proyectos discográficos se han realizado aquí.

martes, 23 de julio de 2013

Frank: un corazón que pinta



Dejo a los ilustrados e instruidos especialistas de las artes plásticas las correspondientes consideraciones sobre la obra de Frank Iraola. Por cierto, las han hecho; no han sido pocas ni leves, ni rosas siempre ni siempre espinas.

lunes, 22 de julio de 2013

El mecenas de la oportunidad


Benny Moré siempre ayudó en la capital a los músicos y artistas cienfuegueros

Por: Roberto Novo

Todo tiempo los ha tenido. Unos han sido verdaderos benefactores; hombres o mujeres que con un amor sincero y una intensión diáfana han ofrecido su poco o su mucho en favor de la ciudad. La mayoría de las veces nadie se ha enterado, o ha sido noticia al cabo de los años, cuando ya no era justo continuar ocultándolo.
Otros, los que me invitan a escribir, son, dicho en el mejor cubano, tremendos “Caradeguantes”; son esos que se solapan tras una carita de tierno sacrificio y vastas responsabilidades para decir emocionados: “Estoy aquí para entregar todo mi corazón”, e inmediatamente abrir a todo pecho los bolsillos. Esos son los mecenas de la oportunidad.
Abundan.
Estos tiempos los hacen crecer y multiplicarse porque las crisis a veces le aprietan los tornillos a muchos, se revientan las talanqueras que contenían las falacias y entonces hay que buscar fórmulas de sobrevivencia como sea y donde sea, para seguir “triunfando”.
Mi ciudad, gracias a los convites de algunos no menos “triunfales” cuadros directivos manejadores de los recursos de todos, ha padecido largas eras de visitas de personajes que, otrora, venían a mostrarnos lo “grandes” que eran.
Evidentemente por entonces no sufrían las crisis. Quizás nuestros queridos y simpáticos medios de difusión los apuntalaban un poco, y alguna que otra estancia más allá de nuestras costas le daban el toque final: “Fulano lleva 6 meses de gira por Europa…”, podía decir algún titular, sin dar muchos detalles de dicha gira…(Porque los hay que acá, en la Habana de todos los cubanos, asisten a congresos y conciertos con discursos y canciones de alto vuelo cultural, y allá, en las mencionadas giras, lo mismo silban un tango que rezan una misa china)
Y ahí llegan, trayendo entre despojos del alma sus grandes ideas, sus preciosos proyectos, sus fabulosas palabras de puras ideologías intelectualoides para aparecer como los queridos Mecenas del nuevo siglo a la vista de todos…, o de casi todos.
Ya me sé las etapas del cuento: 
·       Llegada triunfal
·       Engaño y convencimiento (o quizás confabulación) con el cuadro-directivo de turno
·       Aplicación del proyecto X que dará cuantiosos “beneficios culturales” a la ciudad (y no menos cuantiosos beneficios económicos al Mecenas)
·       Explotación de dicho proyecto X hasta que sea posible…
·       Desaparición del Mecenas (posiblemente ya ande por otras tierras del archipiélago haciendo la próxima entrada triunfal)
·       Explosión del proyecto X porque, desde el principio, todos sabían que no servía, pero ya era demasiado evidente.
·       …no, el cuadro-directivo ya había desaparecido hace tiempo, así que la responsabilidad era verde y, ya saben…
Llegó por acá hace poco algún Mecenas de estos y dijo: Voy a empezar a traer “artistas nacionales” a la ciudad…
¿Y no sería mejor y más útil llevar a los artistas no nacionales, los de aquí, allá, a la Habana, presentarlos, ayudarlos, abrirle puertas?
¿Acaso no fue esto lo que hizo Benny Moré con La Aragón y con muchos otros?
Estoy seguro que sí, que lo correcto es que los primeros beneficiados por las riquezas de un territorio sean los seres que lo habitan día a día, y si alguien desde más allá los ayuda, mejor.
Pero entonces no habría ni Mecenas ni ganancias ni, como diría García Márquez, un carajo.
Atención. Cuidado.

lunes, 15 de julio de 2013

Los Yoyo



 
Una noche, hace casi 30 años, mi novia me acomodaba en una habitación de su casa, cuando, a mi pedido de alguna iluminación que me permitiera leer antes de dormir, abrió una puerta del closet situado junto a la cama y encendió la luz interior del mismo…
-         ¡Oye, esos son los Yoyo! –exclamé con sorpresa luego de que mi curiosa mirada descubriera las famosas marionetas de la televisión cubana allí, tranquilas y silenciosas, como descansando después de la última actuación.
Entonces, como si nada, mi novia me contó que sí, que eran Los Yoyo, que su papá los había construido, que su mamá les hacía las ropas…
-         Mi hermano les dice “hermanitos de madera” –me dijo cuando ya yo no la escuchaba porque toda la atención se me gastaba en los simpáticos músicos.


Les tocaba, con mucho cuidado, el pelo, las caras; descubría cómo se movía el pedacito de labio que luego nos hacía creer, a aquellos niños que fuimos, que los “tipos” cantaban de verdad.
Creo que aún volví, entre sorprendido y medio tonto, a decirle que “aquellos eran los Yoyo”, como si ella no lo supiera…
Al día siguiente le di los buenos días a mis suegros con un orgullo tremendo y en lo adelante Gastón Joya se me comenzó a confundir con el gran Geppetto de Collodi.



30 años después, cuando llego de visita a “mi” casa de mis suegros, allá en Santa María del Rosario, siempre les echo una mirada de gusto a mis “cuñados de madera”. Cuando andan por alguna exposición lo noto enseguida y pregunto por ellos. Cuando en la visita me acompaña alguien extra-familiar, disfruto mucho la sorpresa feliz que se lleva al yo presentárselos.
Siempre exclaman como yo aquella vez: ¡Los Yoyo!
Y quizás digan ellos, (Los Yoyo): “Ahí está otra vez el socio que aquella noche, por culpa de nosotros, no le hizo caso a la novia”.





jueves, 11 de julio de 2013

Rancho Luna mío



José Ramón Muñiz, autor de la canción “Luna cienfueguera”, escribió muchas otras dedicadas a reconocidos lugares locales. Entre ellas está “Rancho Luna”:


El sol es gigante chinata
de luz que se va
dejando en mis ojos
los tibios reflejos de un blanco arenal
canción de luceros que pintan la noche de plata y coral
florones de espuma que visten las olas de un traje nupcial
temblor de leyenda de rancho y de luna que besan al mar.
Pasando el puente sobre el río Guanaroca. Difícil no mirar a dónde va la corriente…

Ahí está Rancho Luna, y el Escambray detrás.

En un extremo el restaurante, al pie de los arrecifes.

Al otro extremo esa punta de playa.

                         Un pedacito de playa.

         El rompe olas a unos cien metros de la orilla

Del lado derecho el viejo caserío de Rancho Luna que, poco a poco, ha sido restaurado

Del lado izquierdo la costa sigue hasta Trinidad…


                                      Rancho Luna



martes, 9 de julio de 2013

S O S Viejitos de mi parque



Por: Roberto Novo / Fotos: Roberto Gil

“…Bendijo Dios este séptimo día y lo hizo santo porque ese día él descansó de todo su trabajo de creación”…

No creo tener que explicar mucho de dónde viene esta oración, pero sí quisiera subrayar un par de cortas frases contenidas en ella: “séptimo día” y “todo su trabajo”.
La primera nos ofrece una noción de tiempo: es decir que ya habían transcurrido seis días, y la segunda avisa que en esos días Dios no estuvo descansando: en ellos hizo “todo su trabajo”.

Llegar a la llamada tercera edad es todo un acontecimiento: pasó el tiempo y, se supone, sea la hora de descansar por “todo lo trabajado”.





Por allá por los años ochenta la ciudad de Cienfuegos disfrutó de una profusa y activa vida cultural. Varias instituciones ubicadas alrededor del parque José Martí generaban y hacían valer en gran medida aquella suerte: el Museo Histórico, La Galería de Reproducciones de Arte Universal  y  la Casa de la Cultura, entre otras,  realizaban peñas, concursos y eventos de todas las manifestaciones. Prácticamente cada noche tenía una propuesta variada e interesante, y de ellas, de esas noches culturales, se beneficiaban en primer lugar esos ilustres señores de cabelleras blancas que terminaron siendo “los viejitos de mi parque”.
Por allí andaban siempre, disfrutando de un “Té literario” o de una “Peña campesina”; de un “Encuentro de trovadores” o un “Desfile de modas”. Su presencia se fue haciendo tan obvia y necesaria que cuando por ley de la vida nos abandonaban, con tristeza sentíamos su  ausencia. Luego se iban renovando y otros ocupaban su lugar.
Entonces pasó el tiempo. Y no fueron solo siete días, han transcurrido  tantos años que ya “los viejitos de mi parque” son otras personas. Pero igual son abuelos y abuelas que de una u otra forma hicieron “su trabajo de creación”, y deberían merecer el descanso. Un descanso pleno de razones para aún vivir y amasar con tranquilidad la recompensa por todo lo vivido.
Y nosotros, los que no hemos llegado al “séptimo día”, ¿hacemos todo lo que debemos para que esa recompensa tenga lo suficiente de amor y dignidad?
Creo que hay que seguir cantando y pensando mucho en nuestros viejitos. 



viernes, 5 de julio de 2013

La foto de la puerta de la calle Santa Elena



La foto de la puerta de la calle Santa Elena,  que nos ha acompañado en la promoción de tantos  conciertos y que  encabeza las reseñas biográficas que nos permiten recordar treinta años de trabajo, hoy tiene más de una década, fue hecha entre a otras, por el diseñador Félix Padilla, “Felito”, para la promoción de nuestro disco “Con los Pies sobre la tierra”.  Sin embargo no fue la seleccionada para la portada de este disco y quedó junto a otras a la espera de “otra oportunidad”, luego nos dimos cuenta que su mensaje encerraba la esencia  de los Novo, los hermanos trovadores que durante tanto tiempo le cantan a su ciudad,  allí en la casa que los vio crecer rodeados de la mayor riqueza que poseen: su familia.  Acompañados de la guitarra; así  posamos para el fotógrafo amigo que supo captar el momento menos artístico pero más humano, la posición que miles de veces asumimos para  conversar con los vecinos o saludar a quienes caminan la populosa calle Santa Elena. Allí quedamos detenidos en el tiempo hasta un buen día en que mi hermano la utilizó como coda en el más reciente video que hicimos a la canción “Mi casa”.  

martes, 2 de julio de 2013

Serie: "Los que han sido Novos". CARLITÍN



Un buen día se nos apareció con el laúd en ristre, nerviosamente niño y lleno de ganas de hacer música. Tan lleno que en los primeros ensayos debíamos detenerlo a cada momento; quería poner más notas que todas las posibles a colocar dentro de un compás terrestre. Aspiraba a impresionarnos con torrentes de música fabricados por unas manos que tenían todas las condiciones del mundo para andar a altas velocidades entre los trastes del laúd.
- Carlitín - le dijimos, dale suave porque andas corriendo sin saber a dónde vas.
Entonces sí nos sorprendió con una decisión de grandes: “Pónganme en contacto con Barbarito Torres que yo lo convenzo para que me de clases”.
Y allá se iba cada mes por la “ochovía” para que el “bárbaro” de  Barbarito le enseñara secretos de un instrumento que ya nadie duda guajiramente cubano.
Y aprendió algo que no se estudia en ninguna escuela de músicas: cada pedacito de sonido tiene un, y solo un, espacio lógico, agradable y exacto dentro de todos los silencios de una canción…
Lo demás es música por gusto, como diría el gran Dagoberto Quesada.
Carlitín ya no “toca” con Los Novo, o sí, pero de vez en vez, porque además lo hace con muchas otras agrupaciones y artistas de aquí y de allá.
Y nosotros felices porque de alguna manera nos tocó darle el primer impulso. Ahí sigue siendo otro de nuestros sobrinos.

lunes, 1 de julio de 2013

77 años de Radio en Cienfuegos y 2 canciones



¡YA ESTAMOS EN EL AIRE!

¡Qué romántica y exótica te ofreces
en tu reino laberinto de maderas
misteriosamente cada día creces:
multiplicas todos tus encantos
y de un gran salón salen tres cuartos
es como hacer de avenidas trillos
y el amor libre creciendo en la estrechez de los pasillos!
Milagrosamente vas al aire
como una catana que se empina contra el viento
me recuerdas a la Cenicienta allá en su baile
y aunque no se pierde tu zapato
ni a las doce ya no eres hermosa
hace falta conseguirte un gato;
ratones hay de sobra para hacer veinte carrozas
¡Ya estamos en el aire, casi, casi subiendo!
propongo que se graben los programas en el techo
siempre que no esté lloviendo
¡Ya estamos en el aire las 24 horas
qué buena vista, desde aquí se ve toda la zona
dónde estarán haciendo la nueva emisora!
Yo propongo una mirada a toda prisa
un poquito más allá de lo aparente
olvidemos que en la puerta no hay sonrisa
vámonos al centro silenciosamente
que se está grabando y es nocivo
para la salud de los oyentes
que luego al escuchar dirán que es un programa en vivo.

1989


No creo que tuviera más de 12 años cuando canté por primera vez en una emisora de radio. Recuerdo que sufrí una desilusión tremenda porque un segundo después de comenzar la transmisión comprendí que cualquiera podría escucharme, menos yo.
Aquella primera vez, por supuesto, fue en una emisora cienfueguera. Creo que por entonces aun se llamaba Radio Tiempo, y ocupaba el local donde hoy se alza el Teatro Guiñol de Cienfuegos, por allá por el Prado.
Con Lázaro Aguiar
Luego, cuando la Emisora se mudó a la calle Santa Cruz, tuve la gran suerte de trabajar en ella y conocer el mundo de la radio llevado de manos fabulosas: a Albis Torres la recuerdo con la misma cantidad de cariño que se gastó en paciencias para guiarme. Con especial respeto saludaba yo a Albanés, a Doris Era, a Felipe Lanier y Carlos de la Paz. La mejor música del mundo me la descubrieron Aleida Capdevila y Marisela del Río.
Nuestras canciones de entonces las grababa Lázaro Aguiar, y lo hacía con más mañas de diablo que recursos de viejo…
Aquella Emisora de la calle Santa Cruz era, en términos arquitectónicos, un verdadero caos; un querido naufragio de quimeras con nombre de piso, paredes y techo. De la técnica ni hablar: los técnicos eran magos…
Pero se hacía una radio de maravillas.
La canción “Ya estamos en el aire” fue, y es, un homenaje a todos aquellos seres humanos (a los que fundaban y creaban) que entre goteras y calores le otorgaban distinción y respeto al: “Esta es Radio Ciudad del Mar, trasmitiendo desde Cienfuegos…” que surcaba el éter anunciándose.
A alguien, (obviamente no de los que fundaban y creaban), se le ocurrió censurar nuestra canción, alegando que la misma era hipercrítica y fuera de contexto… Valga que Lázaro Aguiar escondió una copia.
Siempre he pensado que la canción, en todo caso, no hacía más que nombrar las cosas por su propio y justo nombre. Siempre he soñado, hasta con fatuo orgullo, que la canción ayudó a precipitar la decisión de otorgarle un nuevo local a la Emisora.
La canción, a fin de cuentas, decía, sencillamente, la verdad.
Tal como se ha venido haciendo desde hace 20 años en “El triángulo de la confianza”, un programa creado y realizado por Fabio Bosch. Fabio no podía ser en esta vida otra cosa que trabajador de la radiodifusión. Su padre lo fue con letras mayúsculas y Fabio, siguiendo pasos, es de esos realizadores que todo cuanto “tocan” lo convierten en buena radio.
Con Fabio Bosch
En el Triángulo se conversa, se debate y hasta a veces se discute un poquito. Allí van los que deben poner la cara ante sus responsabilidades y Fabio intenta, sobre todo, que las soluciones colmen a las justificaciones. Son 45 minutos de “…encuentro en aras del mejoramiento humano”, como más o menos reza el slogan de presentación de cada programa.
A Fabio y su Triángulo dedicamos también, hace unos años, una canción.
Sean pues nuestras canciones en este 1 de julio, día de la radio cienfueguera, un mensaje, un pedacito de memoria, un saludo, tan respetuoso como aquel  de otros tiempos, para los que siguen empeñados en fundar y crear radio mediante.

TRES

Cuando no tenga tres mosqueteros, cuando no tenga
tres carabelas de nuevo mundo, cuando ya sepa
que a la tercera va la vencida
cuando no tenga a Nano con su tres

Cuando no tenga tres dimensiones ni trío Los Bohemios
cuando no tenga ni tan siquiera sagrada trinidad
cuando no tenga terceras bases
ni en días de calor tres gracias de sabor

Cuando en la sepia tercera edad dude recuerdos
cuando no tenga a Lola muriendo a las tres en punto
si oigo tres golpes y no es Cervantes
si no son ciertas las tres pirámides

Cuando no tenga los tres ositos de mi inocencia
si no tuviera a mis tres hermanos y una Esperanza
aunque así fuera, tendré un amigo
y haremos otro triángulo de confianza.

2005. R. Novo